Cuando el paisaje se convierte en personaje
Por Analía Díaz Figueroa
En cada edición del Festival Audiovisual Bariloche (FAB) resuena una pregunta: ¿qué tiene esta ciudad para que cineastas, productores y realizadores la elijan una y otra vez como escenario? Este año se presentan cinco películas que tienen a Bariloche como escenario. No se trata solo de lagos azules y montañas nevadas: Bariloche ofrece paisajes múltiples, infraestructura sólida y una comunidad audiovisual en crecimiento que hacen posible proyectos de todo tipo.
Julieta Linares, desde la Film Commission Bariloche, lo resume con contundencia: “Bariloche es un destino ideal para cualquier tipo de producción audiovisual porque tenemos todo tipo de paisajes que se ajustan a todos los guiones, ya sea una publicidad, una serie, una película o un documental. Es una ciudad con historia, en constante crecimiento y muy internacional, lo que la hace sumamente atractiva en cuanto a historias y posibilidades”.
Esa versatilidad natural no sería suficiente sin una estructura de apoyo. Linares detalla que la ciudad cuenta con aeropuerto con vuelos internacionales diarios, rutas accesibles, conectividad de Internet en todo el territorio y una gran variedad de alojamientos, desde hosterías hasta hoteles cinco estrellas. A eso se suma la Film Commission, que centraliza permisos y facilita la gestión para producciones que trabajan en espacios públicos. “Lo que tenemos es una comunidad audiovisual profesional, atenta, más industrias asociadas que participan activamente. Todas las condiciones están dadas para que cualquier proyecto, chico o grande, llegue, florezca y se lleve una excelente experiencia”, destaca.
Esa experiencia también se mide en el plano humano y creativo. Diego Lumerman, presente en esta edición del FAB con el piloto de su serie Sobre cosas que se ven en el cielo y con El Monstruo y el Sheriff, filmada en Bariloche, sostiene: “Bariloche es un paraíso paisajístico, con escenarios únicos y cargados de historias y mitos que me atraen particularmente como realizador. Existe una red de colegas muy sólida que hace que producir allí sea no solo posible, sino también muy gratificante”. Para él, la calidad de los servicios de hotelería es otro punto a favor, ya que “facilita la logística y permite trabajar con comodidad y eficiencia”.
El FAB, con su espíritu patagónico y latinoamericano, refleja esta energía local y la proyecta al mundo. Cada año reúne decenas de producciones en competencia, obras invitadas y una amplia agenda de actividades gratuitas que acercan el cine a la comunidad. Su existencia demuestra que Bariloche no es solo un destino turístico de paisajes deslumbrantes, sino un ecosistema audiovisual en crecimiento que se consolida edición tras edición.
Filmar en Bariloche, entonces, es mucho más que elegir un fondo natural imponente. Es apostar por un lugar que combina diversidad de escenarios, estructura logística y una comunidad comprometida. Un lugar donde el paisaje puede convertirse en personaje y donde las historias, como los lagos y montañas, encuentran siempre el mejor cauce.
